Jerónimo Le Royer : Hombre de fe

El fundador de Montreal no es solamente hombre de empresa. Dom Oury, benedictino, le califica de «místico volteado hacia la acción ».

Hombre de oración, Jerónimo es profundamente entregado a Cristo. Tiene un solo fin, realizar la voluntad de Dios, por medio de la Misión que el Señor le confió.
Cree a lo imposible, a la vez manifestando una gran docilidad al Espíritu y una profunda libertad interior.
Su fe en Dios «Dios solo es mi todo» nos muestra en Jerónimo a un hombre captado por Dios.

Hombre captado por un gran impulso misionero
La segunda parte de la Misión de Jerónimo es promover, en la isla de Montreal, una obra de colonización y de evangelización. Jerónimo Le Royer, aún si nunca llegó en Nueva Francia, no obstante, desde Francia, consagró todos sus esfuerzos, porque es el principal fundador de la Sociedad de colonización que dio nacimiento a Montreal.
Con un gran espíritu de discernimiento, reclutó a los dos pilares de la Fundación, el Señor de Maisonneuve como gobernador y la Srta. Juana Mance como enfermera laica para administrar el primer hospital de Ville Marie.

En 1642, Jerónimo Le Royer y miembros de la Sociedad de los Señores y Damas de Montreal consagran la isla de Montreal a la Sagrada Familia.
El 29 de junio de 1659, Jerónimo Le Royer asiste en La Rochelle, a la salida de las tres primeras Hijas Hospitalarias de San José hacia el Canadá.

Hombre de paso
Ya cumplió con su misión, puede volver hacia el Padre. En efecto, aún sin saber si sus Hijas llegaron a Montreal, Jerónimo Le Royer fallece en La Flèche, el 6 de noviembre de 1659.